Las reuniones son tóxicas
Esta llamativa frase la leí hace pocos años en Getting Real, libro sobre cómo desarrollar aplicaciones web de forma eficaz. Aunque no lo parezca, hay bastantes apartados de dicho libro que son aplicables a otros ámbitos y la educación es uno de ellos.
Las reuniones son tóxicas es el título de uno de los apartados del libro (en inglés). De todos los motivos que los autores argumentan para evitar reuniones, me quedo con los siguientes:
- A menudo tienen órdenes del día tan imprecisas que nadie está del todo seguro de lo que tratan.
- Requieren una preparación rigurosa que raramente es llevada a cabo.
A lo que yo añadiría:
- Dan vueltas y más vueltas a minucias y aspectos que no afrontan los problemas a tratar.
- Aunque se tome acta, muchas de las cosas decididas no se llevan a cabo y caen en el más profundo olvido (probad a leer actas del curso pasado y me decís si voy errado o no).
- Gran parte de los asistentes no participa o lo hace muy poco.
Aunque seguramente lo que más me molesta de las reuniones es cuando se centran principalmente en…
- Temas burocráticos que toman todo el protagonismo.
- Hacer constante hincapié en aspectos negativos (contra la administración, malos alumnos, colegas de trabajo…)
Creo que cambiaría de opinión sobre las reuniones si…
Tuvieran una duración limitada y relativamente corta (30-45 minutos).
- El orden del día estuviera bien claro y se limitara a uno o dos temas.
- Fueran altamente participativas y los asistentes se implicaran activamente.
- Las personas se fijaran en lo que funciona y procuraran replicarlo en vez de lamentarse con las cosas que van mal.
- Lo que se decidiera se llevara realmente a cabo, con un seguimiento posterior por parte de alguno de los asistentes.
Ah, y si encima pudiéramos compartir experiencias sobre metodología docente, hablando de cómo enseñamos, qué nos funciona y qué no, preguntando a los demás, aprendiendo los unos de los otros… entonces creo que me encantarían las reuniones. En los cinco años que llevo de profesor de secundaria aún es hora de que tope con una reunión así.
¿Y vosotros, qué opináis de las reuniones que hacéis en vuestro centro? ¿Son reuniones tóxicas o son productivas y reparadoras? ¿Qué echáis de menos en una reunión? ¿Y de más?
Aplicaciones de los códigos QR
Los códigos QR permiten codificar información en una especie de «códigos de barras en 2D». He hecho un breve vídeo que muestra algunas aplicaciones. Imaginad que pasáis unas fotocopias a los alumnos que contienen uno o más códigos de estos y que enlazan a vídeos, canciones o páginas web. De hecho, son varios los profesionales de la educación que lo están usando de un modo u otro.
Generar un código QR es tan fácil como visitar una página web que lo permita, introducir la información deseada y darle al botón «Generar código QR». Luego podremos descargar la imagen para usarla donde creamos conveniente (pdf, fotocopia, cartel, tarjeta de visita…).
Actualización: Tal y como comenta César, es recomendable que siempre incluyamos la dirección URL abreviada, además del código QR. De este modo no excluimos a los alumnos que no tienen los medios para decodificar la información (móvil SmartPhone + programa lector + conexión a Internet). Por ejemplo, si quiero poner un enlace a uno de mis artículos de este blog, puedo usar un sitio como bit.ly para abreviar la dirección y ponerla cerca del código QR que también contiene la misma dirección.

Código QR que enlaza a artículo de Bradbury en Marte
¿Qué otros usos se os ocurren para la docencia?
Una divertida forma de combatir el plagio
¿Cuántas veces hemos tenido que explicar a los alumnos que no pueden copiar y pegar textos sin hacer referencia a los autores originales?
Este divertido y original vídeo pretende concienciar a los estudiantes de las consecuencias del plagio. También explica de forma sencilla cómo citar y hacer referencia a los textos originales.
Tendréis que activar los subtítulos ya que parece que está en noruego. Para ello, primero haced clic en el botón de reproducción. A continuación haced clic en el icono inferior derecho y fijaos en las siguientes imágenes para activar los subtítulos en español (son automáticos, así que no son perfectos). Aviso: hay algunos diálogos en inglés que no están subtitulados.
En resumen, un original y divertido recurso para concienciar a los alumnos. Seguro que no les dejará indiferentes.
YouTube: Plagiarism Video
¿Qué hace falta para que los alumnos dejen de hacer PowerPoints malos?
La respuesta la encontraréis en el artículo que he escrito en otro de mis blogs.

Muerte por PowerPoint
Espero que os sea útil. Cualquier comentario será bienvenido.
¿Está condenada la Educación?
Seguro que el siguiente vídeo no os deja indiferentes. George Carlin habla de Estados Unidos pero casi todo lo que dice sirve para otros muchos países.
Creo que tiene parte de razón pero no me gusta pensar que la Educación no mejorará. Lo que sí parece cierto es que el esfuerzo tendrá que ser enorme para combatir a «los poderosos» que no quieren una población bien educada y capaz de pensar de forma crítica. También hay que decir que es complicado luchar contra algo que no ves.
Por cierto, en los subtítulos hay una parte que da pie a confusión. Debería especificar lo que dice este señor (lo he puesto en negrita):
«Y pronto, lo único que necesitarás para entrar en la Universidad es un puto lápiz».
Creo que el matiz es importante porque de otro modo alguien podría interpretar que es para entrar en la escuela primaria, por ejemplo.
¿Qué opináis de lo que dice?
3 consejos para fomentar el cambio
Chip y Dan Heath son dos hermanos que consiguieron que su primer libro «Made to Stick» fuera un best-seller y encandilara a la gran mayoría de sus lectores.
La versión española se llama «Pegar y pegar» y, aunque la traducción deja bastante que desear, vale la pena leerla por la cantidad de ideas y ejemplos que nos dan para intentar que una idea sea pegadiza (se entienda, se recuerde y cambie el comportamiento). Un libro altamente recomendable para cualquier persona que quiera que sus ideas no queden en el olvido y por tanto, muy indicado también para docentes.
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Hace un par de días os contaba que he empezado el segundo libro de los hermanos Chip. En esta ocasión nos hablan sobre cómo fomentar el cambio (individual, de organizaciones o social). En el primer capítulo nos muestran las bases de lo que tratará el libro y nos hablan de un jinete que monta un elefante y tiene que dirigirlo por caminos para ir a algún lugar. El jinete representa nuestra parte racional, el elefante la parte emocional y el camino el contexto y las circunstancias (el primer capítulo está disponible, en inglés, en la página de los autores).
La cuestión es que el jinete (parte racional) a veces no puede con la masa y la fuerza del elefante (parte emocional). Otras veces no sabe hacia donde dirigirse, el camino no está claro. Chip y Dan Heath nos cuentan varias historias que ilustran los tres puntos que desarrollarán en su libro para fomentar el cambio. Para ello tendremos que…
- Dirigir al jinete: Lo que a menudo se percibe como resistencia al cambio normalmente es falta de claridad. Debemos proveer una dirección bien clara a seguir.
- Motivar al elefante: Lo que a menudo se percibe como pereza normalmente es agotamiento. El jinete no puede controlar a un elefante que no le hace demasiado caso durante mucho tiempo. Es necesario apelar a la parte emocional de las personas.
- Dibujar el camino: Lo que a menudo se percibe como un problema de las personas normalmente es un problema de las circunstancias. Si damos forma a un camino por donde pasar, será más fácil para las personas tomarlo (recordad la historia de los alumnos que se olvidaban de leer su tarea semanal).
Es curioso porque son aspectos que me han pasado alguna vez por la cabeza pero nunca de esta forma tan didáctica y con tanto detalle. Estoy convencido de que, en muchas ocasiones, nuestros alumnos no responden como esperamos por la falta de claridad, porque no estimulamos su parte emocional o porqué no les facilitamos el camino.
Que nadie piense que soy partidario de darlo todo masticado, ni mucho menos. Pero de ahí a facilitar las cosas, dibujar el camino, ofrecer una dirección clara a tomar y potenciar la parte emocional hay una diferencia.
Porque precisamente los profesores tenemos muchísima más experiencia que los alumnos y por tanto, no podemos dejar que nos atrape el mal del conocimiento, que consiste en que cuanto más sabemos, peor nos explicamos ya que damos por sentado un montón de cosas que los alumnos no tienen porque saber. Este concepto lo tratan los hermanos Heath en su primer libro y es algo que deberíamos tener muy pero que muy presente los que nos dedicamos a la enseñanza. Pero eso será mejor que lo dejemos para otro futuro artículo.
Un alumno de informática que es un artista
Final de curso. Toca acabar de corregir trabajos y exámenes. También introducir las notas en una hoja de cálculo. Mientras hacía esto último he topado de nuevo con ejercicio que me hizo un alumno de Grado Medio de Informática en un examen. Tenían que explicar un sistema de clave privada usando un esquema. El alumno se llama Dani y es un artista, le gusta el hiphop, cantar y componer temas, los graffitis, el diseño gráfico. Así que sacó todo su potencial para contarme lo que le pedía. Ya le dije que lo utilizaría para cursos siguientes, con su permiso.
A Dani no le motiva demasiado la informática pero le brillan los ojos cuando hace las cosas que a él le gustan. Creo que debería hacer otros estudios más artísticos pero… ¿quién se lo impide? ¿Los profesores porque queremos que se quede en nuestros estudios? ¿Los padres porque esto de las cosas artísticas no sirven de nada ni dan de comer? ¿O el mismo alumno porque cree que tiene que hacer «lo que toca» o lo que le aconsejan sabiamente los adultos? Quizá si leyera el libro «El Elemento» de Ken Robinson sabría encontrar las respuestas.
La culpa no siempre es de los alumnos
Esta mañana he empezado a leer el último libro de los hermanos Heath: «Switch: How to change things when change is hard». Título que traduzco a mi manera como: «Interruptor: Cómo cambiar las cosas cuando el cambio es difícil«.
El caso es que llevaba sólo tres páginas leídas y ya he topado con la primera joya. ¿Cómo podemos lograr que la gente coma menos palomitas cuando va al cine? Algunos plantearían la necesidad de hacer campañas de sensibilización para motivar a las personas a que tengan hábitos más saludables, etc. Loable, sí, pero poco efectivo. La solución consiste en reducir el tamaño de las cajas de palomitas. Según varios estudios, la gente come más palomitas cuando las cajas son de mayor tamaño (aunque posteriormente nieguen esta evidencia). La conclusión es la siguiente:
Lo que a menudo parece un problema de las personas en realidad es un problema de las circunstancias.
Pongamos ahora un ejemplo más cercano. Un profesor asignaba una tarea semanal a sus alumnos que consistía en que tenían que leer unos textos. Para su desesperación siempre había alumnos que olvidaban leer su parte y no entregaban su tarea. Este profesor se dio cuenta de que un compañero suyo les grapaba el recordatorio de lectura en las agendas de los alumnos y de esta forma era casi imposible que los estudiantes olvidaran esta tarea. Lo que parecía un problema de actitud o de los alumnos en realidad era un problema de las circunstancias, situación o contexto (artículo original en inglés, aquí).
Sin eximir a los estudiantes de sus obligaciones, ya que todos debemos poner de nuestra parte, me atrevería a decir que a menudo los docentes culpamos a los alumnos de sus actitudes con demasiada facilidad. Probablemente, cambiando el contexto, lograríamos resultados mejores. Esto tiene muchos matices, lógicamente, pero de momento lo dejo ahí. El debate queda abierto 🙂
Educación emocional y otros retos educativos
Hace 5 años que estoy en la docencia pública. Hace 4 años que oí por primera vez el concepto de educación emocional, en un curso para profesores interinos. Entonces me pareció una de las partes más flojas de todo lo que nos enseñaron. Con el tiempo me he dado cuenta de que es un aspecto fundamental que debe estar presente en el sistema educativo.
Foto de pixelcore@flickr (Creative Commons BY-NC)
Las emociones forman parte del ser humano a lo largo de toda su vida. Normalmente aprendemos a reconocerlas y gestionarlas a base de prueba y error al cabo de años de inseguridades, miedos y frustraciones. Son muchas las voces de prestigiosos expertos que nos vienen avisando desde hace años de la necesidad de incluir educación emocional en las escuelas, entre ellos:
- Daniel Goleman, psicólogo estadounidense conocido mundialmente por su best-seller «Inteligencia Emocional» (entre otros títulos),
- Ken Robinson, experto en creatividad, innovación y recursos humanos,
- Linda Darling-Hammond, profesora de Educación en la Universidad de Stanford
Precisamente Linda Darling-Hammond aparece entrevistada en el capítulo 49 del programa Redes, de Eduard Punset. Programa que podéis ver visitando el enlace siguiente (clic en la imagen):
Recomiendo encarecidamente que veáis el vídeo que os he indicado, como mínimo la parte de entrevista que os comento. Su primera aparición es en el minuto 10.41 mientras que la entrevista empieza hacia el minuto 13.
A continuación incluyo algunas de las afirmaciones hechas en esta entrevista, ya sean dichas por Linda Darling-Hammond, por Eduard Punset (haciendo referencia a lo que dice la profesora en su libro) o a la voz en off de partes de documental del programa:
«Está claro que si te limitas a impartir conocimientos no conseguirás nada. Tienes que aprender a observar a los niños con mucha atención, fijarte en cómo piensan, entrevistarlos, hablar con ellos sobre su manera de razonar»
«El aprendizaje social y emocional se basa en la idea de que, igual que aprendemos Física o Historia, deberíamos tomar conciencia de lo que sentimos y manejar las emociones más perturbadoras así como nuestros impulsos; a hacer hincapié en la expresión respetuosa de los sentimientos. Tan sólo esto último abre grandes posibilidades a la creatividad, coartada en ocasiones por la vergüenza o la crítica»
«Cambiar la formación de los profesores… es la gran reforma pendiente»
«Los buenos profesores no analizan el contenido y se lo imponen al niño. Sino que al contrario, analizan al niño y lo atraen hacia el contenido para así ayudarlo a entenderlo»
«Aquellos que tienen más que aprender son los profesores»
Educación social, educación emocional, incentivación de la creatividad, tener en cuenta las inteligencias múltiples, multiculturalidad, avances tecnológicos.. son algunos de los retos en educación que más tarde o temprano debermos afrontar para poder formar con garantías a los futuros ciudadanos del mundo. Más que reformar la educación, debemos transformarla.